¿Qué nos están diciendo las tasas de interés?
Axel Christensen Director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock
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Axel Christensen
Comúnmente los inversionistas suelen limitar su análisis de las tasas de interés al ámbito de la renta fija, variable que determina de manera significativa sus retornos. Sin embargo, las tasas de interés entregan información que va más allá de los bonos; en muchas ocasiones permiten entender la visión que tienen los mercados de otras clases de activos, como la renta variable o los bienes raíces, así como del entorno económico e incluso político. Estamos en uno de esos momentos, por lo que vale la pena ponerle especial atención.
En el caso de Estados Unidos, no creemos que las recientes alzas en las tasas de interés a las cuales se transan los bonos del Tesoro, se expliquen por expectativas de que el banco central de ese país (la Reserva Federal) haya acelerado su intención de retirar el abundante estimulo que impulsó como respuesta a la pandemia. Más bien, creemos que se trata de un movimiento rezagado que corrige la desconexión entre un fuerte reinicio de la actividad económica, de la mano de la mayor vacunación contra el Covid-19 y levantamiento de restricciones, pero que no había sido recogido por las tasas de interés que se mantenían sorpresivamente bajas.
Nuestro análisis también apunta a que el alza de las tasas refleja un aumento en la "prima por plazo", término que recoge la compensación exigida por los inversionistas por asumir el riesgo de mantener bonos a más largo plazo. Esta prima –que se había mantenido muy reducida previo a la pandemia– se ha venido elevando ante una mayor incertidumbre respecto a escenarios económicos futuros. Estos escenarios contemplan mayores rangos para la inflación, mayores niveles de deuda pública e incluso más incerteza política.
Estos aumentos observados en las tasas de interés no tienen por qué ser una mala noticia para la inversión en activos de mayor riesgo, como las acciones. Aun con los incrementos, los rendimientos reales (ajustados por inflación) siguen en terreno negativo, lo que impulsa a los inversionistas a buscar mejores rentabilidades en clases de activos de riesgo. Dicho lo anterior, creemos que el camino para obtener más ganancias en los activos de riesgo se ha estrechado, después de una corrida prolongada al alza, y podría haber episodios de volatilidad, incluso en el mercado de bonos.
En los mercados emergentes, incluyendo América Latina, las tasas de interés también están comunicando información importante para el mercado. Por lo pronto, el alza de las tasas de interés de mayor plazo en lugares como Brasil, México o Chile refleja las perspectivas de que los bancos centrales deberán hacer frente a las crecientes presiones inflacionarias de manera decidida, considerando que puede resultar mejor actuar de manera rápida, que esperar y correr el riesgo de tener que subir las tasa cuando el efecto de reactivación económica se haya disipado.
Por cierto, el incremento de la prima por plazo también está presente en los bonos latinoamericanos. El costo presupuestario de hacer frente a la pandemia –en forma de bonos y subsidios– ha elevado el riesgo de ajustes a las clasificaciones de riesgo soberano hacia el futuro. Asimismo, la mayor incertidumbre política, donde los procesos electorales se han vuelto cada vez más difíciles de predecir, también ha generado ruido en las tasas de interés. Y los mercados están escuchando.